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Rosario, Santa Fe
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Por eso, entender cómo influye el clima local en la elección de pintura es fundamental para lograr un trabajo que no solo luzca bien, sino que también perdure.
La humedad es uno de los factores que más deteriora las superficies exteriores. Puede provenir del ambiente (climas húmedos o costeros), de lluvias frecuentes o incluso del propio terreno. Cuando la pintura no está preparada para lidiar con este nivel de humedad, aparecen problemas como:
En zonas húmedas, lo ideal es optar por pinturas impermeables y antihongos, con resinas acrílicas de alta resistencia. Estas fórmulas impiden que el agua penetre la superficie y permiten que las paredes “respiren" evitando la condensación interna.
Además, los aditivos fungicidas y algicidas se vuelven indispensables para evitar la aparición de moho, un problema muy común en ambientes húmedos.
Las áreas cerca del mar enfrentan un clima particular: brisa salada, elevada humedad y un nivel de corrosión más alto que en otras regiones. El salitre se deposita en las superficies y acelera el deterioro, generando manchas blancas, descascaramientos y debilitamiento estructural.
Para estas zonas, los especialistas recomiendan:
Uno de los puntos clave es la limpieza previa: eliminar salitre acumulado es imprescindible para asegurar la correcta adherencia de la pintura.
En regiones con alta radiación solar, la exposición constante al sol provoca una degradación acelerada de la pintura. Los colores pierden intensidad, aparecen grietas finas y la superficie comienza a polverizarse (efecto tizado).
Para climas calurosos o con muchas horas de sol, conviene elegir:
Los tonos muy oscuros tienden a absorber más calor, lo que puede generar dilatación y microfisuras. En cambio, los tonos claros ayudan a reducir la temperatura superficial y prolongan la vida útil de la pintura.
En zonas con temporadas de lluvias intensas o prolongadas, las paredes están constantemente expuestas al agua. Para evitar que la pintura se deteriore rápidamente, es fundamental elegir productos:
De secado rápido, para evitar que una lluvia inesperada arruine el trabajo.
En regiones de heladas o bajas temperaturas, la pintura debe soportar ciclos de congelamiento y descongelamiento. Si la película es muy rígida, terminará cuarteándose y desprendiéndose. Por eso, en climas fríos se recomiendan:
Además, es clave pintar solo en días secos y con temperaturas adecuadas, ya que el frío extremo afecta el secado correcto.